Por: Alirio Acosta
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Quizás uno de los personajes más influyentes que contribuyó en el acrecentamiento de terrenos agrícolas a costa del achicamiento de la Gran Selva de Turén fue Manasés Meléndez. Según 100_1170.JPGrecopilaciones tomadas del libro Turén: Corazón Agrícola del País, escrito por Facundo Rodríguez Medina, Meléndez nace en Parúpano de la actual parroquia Santa Inés, municipio Urdaneta del estado Lara el 27 de noviembre de 1897; luego de morar en algunos parajes del estado Falcón, entre ellos un caserío de nombre La Garza cerca de Mapararí, se va a Turén y consigue trabajo por poco tiempo en la posesión “La Quiboreña” del entonces distrito Turén y seguidamente de obrero en la “Posesión Chingalí” en la misma jurisdicción, hacienda donde circunstancialmente a la larga se convertiría en el hombre más poderoso de la posesión y de la zona.
Cabe resaltar que esta posesión data de finales del siglo
XIX y en un principio los terrenos pertenecían a la nación donde se estableció
un centro de recría comunitario. Luego de pasar por varios dueños la adquieren
los hermanos Mendoza quienes le dan el nombre “Posesión Chingalí”,
incrementándose el espacio en la medida que se destruía la gran selva hasta
llegar a poseer más de 30.000 Has. En esos tiempos (principios del siglo XX)
nace Amalia, hija de Emilio Mendoza (uno de los dueños de la posesión) y de
Anselma Barroeta (madre de Arturo y Estebaldo Avendaño). Amalia Mendoza queda
como auténtica heredera de la posesión al morir sus padres por efectos de la
gripe española en 1914.
Los hermanos Avendaño llevan a Amalia a estudiar a
Barquisimeto en colegios privados pero de vez en cuando ésta regresaba a
visitar la posesión. En uno de esas vueltas conoce a un obrero de nombre
Manasés Meléndez que tenía pocos días laborando impecablemente allí, un hombre
blanco y con los ojos verdes que cumplía el rudo trabajo de cortar rolas y
arrear ganado entre otros quehaceres, había entrado a la finca porque el
encargado de entonces: Juan Ramón Hernández le consiguió el trabajo. Amalia se
fijó en aquel hombre apuesto y galante y el amor la picoteó, motivo por el cual
retornaba los fines de semana con más frecuencia. Éstos se enamoran y se casan
y al cabo de poco tiempo muere don Arturo Avendaño (hermanastro de Amalia),
quien estaba al mando de la hacienda, Manasés toma las riendas de la posesión
quedando como uno de los dueños absolutos, por ser Amalia la principal
heredera.
Manasés hábilmente al frente de la administración otorga
terrenos a los campesinos para que trabajaran en conucos, prestándole la ayuda
necesaria como antes lo hacía la hacienda, razón suficiente para que éstos lo
tuviesen como un hombre humanitario y bonachón a quien le proferían cariño y
afecto. Durante mucho tiempo realizó favores beneficiando a quien en realidad
lo necesitaba. Manejó tanta fortuna que su fama se expandió por todas partes,
pero esta virtud lo convierte en un hombre despilfarrador pues no estaba
acostumbrado a manejar tanto dinero. Cabe resaltar que la hacienda tuvo el
mejor auge durante el gobierno de Pérez Jiménez, sin embargo fue expropiada por
el gobierno de Rómulo Betancourt. Para ese entonces ya Manasés no era el mismo
ya que había malversado gran parte de su riqueza, en ocasiones invitaba a sus
amigos a frecuentes terneras y a veces agasajaba a artistas de moda en la
época, entre estos a Adilia Castillo y su conjunto para dar serenatas en la
hacienda, al famoso dueto Los Hermanos Gómez entre otros. Según cuentan quienes
lo conocieron en ocasiones llegaba a famosos cabarets en Acarigua y
Barquisimeto y los mandaba a cerrar para darse la buena vida haciendo concurso
con las mujeres y brindando wisky para todos los que estaban ahí.
De tal manera que cuando la finca es expropiada por el
gobierno de Betancourt la pagan con bonos de la deuda pública al momento que
las hijas de Manasés estaban a cargo de lo que quedaba de la hacienda. Según
cuenta Facundo Rodríguez: “Esta posesión fue un hecho como tantos que han
ocurrido en este país, que después de haber tenido renombre por su organización
y administración que llevaba cuando mueren los dueños esto se fue acabando poco
a poco, a lo último el gobierno lo expropia hacen allí algunos asentamientos
campesinos como “El Pedral”, “La Rojeña”, “El Palmar”, “Chorrerones” y “Las
Caramas”. Allí algunos se mantienen, pero como todas las cosas gran parte de
los campesinos venden esos terrenos y hoy son grandes fincas, la mayoría de
gente de descendencia extranjera. Estos campesinos venden al no contar con
asesoramiento y una buena formación por parte de los gobiernos de turno”.
Manasés Meléndez muere el 5 de septiembre de 1979 dejando descendientes en los
municipios Turén y Esteller.
Hermosa descripcion del amor de mis abuelos, la verdad sea dicha que ambos fueron generosos y apoyaron la obra social de la iglesia catolica. Por mis abuelos conoci pilares de lareligion y la bondad como la madre Maria de San Jose y Monseõr Ramos. Y tambien de la farandula como el negro Tino Carrasco (el de Amalia Rosa) y trovadores como Rafaelito y Hermogenes Gomez, estrellas de la musica llanera como Adilia Castillo, Torrealba y Mario Suarez.
ResponderEliminarCada uno hizo el bien a su manera, mi abuela no solo crio a sus dos hijas, Carmen y Aida, sino tambien a algunos de los hijos del catire Manases, tambien a hijos ajenos de sus empleados y parientes, muchos vivieron en las dos casonas Melendez de la 17 con 33 en Barquisimeto, todos sus nietos e hijos de crianza somos profesionales de prestigio. Perdieron dinero, pero nunca se arruinaron, le regalaron su fortuna al pueblo y me siento orgulloso de ello.
Me gustaría saber más de mi familia meléndez, ya que Manases fue el padre de mi abuela paterna y conocemos muy pocos acá en piritu de portuguesa.
EliminarTambién soy nieto de Manasés Melendez, llevo su nombre en su honor. También quisiera saber de la historia de mi abuelo.
EliminarHay otra consideracion, los melendez eran una familia de hombres valientes que tuvieron que alejarse de su nativa Aguada Grande, por un hecho de sangre en venganza contra un cacique politico que habia matado al padre del abyelo Manases y se mueven a portuguesa, alli el tio Victor Manuel, padre de Humberto y Joel Melendez encamina a su joven hermano por el camino de la laboriosidad, honestidad y rectitud moral, y esa es nuestra mejor herencia.
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